"Mi primera bicicleta". Historias de Puyo por Peter Núñez

09.11.2022

A finales de los años 70 y comienzo de los 80, Puyo era una ciudad pequeña, la energía eléctrica era restringida, cortaban a las 12:00 de la noche y regresaba a las 06:00 de la mañana la mayoría de los vecinos nos conocíamos, los niños y adolescentes salíamos a jugar a la Plaza Roja y el Parque 12 de Mayo, lugar donde se concentraba la parte comercial de la ciudad, principalmente en las calles 9 de Octubre y Ceslao Marín.


Muchas cosas se me vienen a la mente, entre estos la señorita Virginia Paredes, propietaria de la Súper Despensa "Charito", sin duda la más grande por su variedad en sus perchas que siempre lucieron abarrotadas por todos los productos de primera necesidad, enlatados, confites, licores, embutidos y todo lo que se puedan imaginar, su propietaria tenía una facilidad para sumar y restar más rápido que una calculadora; en la Plaza Roja, estaba ubicada relojería de Don Jorge Nieto, el primero joyero y relojero de Puyo, a lado estaba El Soda Bar de las "Gemelas Escobar", sitio acogedor donde alquilaban las revistas de la esa época como: Condorito, el Águila Solitaria y muchas revistas más; y mi preferida, las aventuras de "kalimán y el pequeño Solin".


Cada semana esperábamos con ilusión la llegada de la nueva remesa de revistas y nos sentábamos en las mesas y sillas de madera a leerlas, degustando un plato de chifles y chochos; sin duda, es el antecesor del ahora famoso Ceviche Volquetero, a un lado el famoso Villares Orientales de Don José Espín, lugar donde se podía escuchar la música de Rockola de la música más variada y con un sucre se escogía la canción preferida; nuestro padre José Núñez, tenía la Sastrería Wellington, en donde funciona actualmente el SRI, a lado estaba la Botica Moderna de Doña Lolita Guzmán de Restrepo, en la esquina con dirección a la iglesia, una casa de madera estaba la librería El Pueblo de Don Amador Constante, quien por varias ocasiones promocionaba la venta y colección de los álbumes y cromos; en esa ocasión fue la del "Reino Animal", y el premio mayor era una bicicleta color verde, marca Chopper, con cambios y un dinamo que genera luz delantera; era una bicicleta inalcanzables para el sueño de muchos niños y adolescentes.


En antaño pocas familias tenían televisión, lo que no podía faltar en cada casa era un radio AM, en donde la mayoría de los vecinos sintonizaba Radio Pastaza "La voz del volante", propiedad del Sindicato de Choferes Profesionales o la Radio Nacional Espejo de Puyo de propiedad de "Don Julio Hernández", en esos tiempos nuestros entretenimientos fueron los juegos populares de los trompos, bolas, churos, etc. y de vez en cuando ir al matiné en el Cine Amazonas para mirar las películas y estrenos de aquel tiempo, contiguo se encontraba la Panadería Pan de Casa en la esquina de "La Mentira".


Todos mis hermanos teníamos nuestro álbum, y nos ahorrábamos lo que nuestros padres nos daban para la colación en la escuela, para por las tardes ir hasta la librería "El Pueblo" y comprar los cromos, que venían numerados hasta el 350; comenzamos a llenar y en los recreos íbamos a intercambiar los cromos repetidos; pero había series de cromos más difíciles de conseguir, que salían en el último tiraje; recuerdo que un domingo a las 6:00 de la tarde terminaba el plazo para que presenten el álbum lleno, única condición para acceder a participar en el sorteo de la bicicleta.


El día lunes antes del sorteo, al llegar de la escuela veo a nuestro padre llamándonos la atención ¡porque compramos los cromos! y mal gastamos el dinero de la colación en algo inútil. Miraba impotente como los álbumes de mis hermanos se envolvieron en llamas, para mí era una hoguera, que con tanto sacrificio y esfuerzo habíamos logrado llenar, y me tocó el turno de entregar mi álbum que corrió con la misma suerte, fue una tarde trágica para todos quienes afligidos por lo sucedido no salimos a jugar, sin embargo, mi hermano mayor Antonio, tuvo una idea brillante, entre todos llenar un solo álbum a escondidas para no ser descubiertos, y con la complicidad de nuestra madre Imelda y la colaboración de todos comenzamos a llenar un solo álbum, teníamos cromos repetidos y me delegaban para ir a intercambiar y conseguir los más difíciles.


Hasta que llegó el día del sorteo para todos quienes habían logrado llenar el álbum se aproximaba la hora del tan esperado día Domingo en la Librería El Pueblo, sorteo que incluso fue transmitido por la Radio Pastaza, ese día a las 5 de la tarde entre desesperaciones y con dificultades logramos llenar el álbum y mi hermano mayor Antonio, fue a la Librería EL Pueblo a decir que había cumplido el requisito y retirar el boleto para participar en el sorteo de la bicicleta; cuando comenzó el sorteo, uno a uno se iban eliminado por el altoparlante, todos los niños y adolescentes llenamos la Plaza Roja con la expectativa de ser favorecidos; el momento de anunciar al ganador y escuchar "Antonio Núñez", todos nosotros saltamos de alegría, se había ganado la bicicleta Chopper, el sueños se había cumplido, ese momento Don Amador Constante, le hizo la entrega oficial de la bicicleta: cogió la bicicleta, le hizo subir a mi hermano menor William y le llevó al parque 12 de Mayo, recuerdo que todos los niños del barrio empujamos llenos de alegría; fue una bicicleta en donde todos los amigos del barrio aprendieron a manejar, hasta mi hermana Bethy y su inseparable amiga La Pocha, cogían la bicicleta y cayéndose y levantándose lograron manejar. "Sin duda fue una linda infancia la que tuvimos, jugamos y disfrutamos de una bicicleta Chopper y de los juegos populares que a pesar de haber transcurrido muchos años quedará impregnada en la memoria de mis hermanos y amigos que crecimos en la Plaza Roja"